29 de agosto de 2013

La divisivilidad del hombre


Para empezar este mensaje, aclararemos que hablaremos del término hombre como creación de Dios, es decir, ser humano, hombre y mujer. Si hablaremos de hombre en cuanto a género, nos referiríamos solamente al varón, pero en este caso no será así, sino al ser humano en general.
La palabra de Dios nos enseña que el hombre es un ser tripartito, es decir, que está formado de tres partes.
1)      Alma                                    2)     Cuerpo                                       3)     Espíritu

Esto nos lo enseña el Espíritu Santo en la carta a los Tesalonicenses en el capítulo 5 versículo 23:
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo;  y todo vuestro ser,  espíritu, cuerpo y alma sea guardado irreprensible para la venida de nuestro señor Jesucristo”

De igual manera Hebreos 4: 12 dice: "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y las intenciones del corazón."

Si se considerara al alma y al espíritu como algo similar o como una sola cosa, las sagradas escrituras no tendrían la necesidad de separarlos, mas como son diferentes tanto el alma como el espíritu, se habla de dos partes del hombre. Hay porciones en las sagradas escrituras en las cuales pareciera que se hace semejanza del alma y el espíritu como Job 7:11 pero en base a la palabra santa veremos las distinciones entre cada parte.

El alma como muchos podríamos saber, es el asiento de las emociones, afectos y deseos, es decir, alegría, enojo, celos, angustias y un sinfín de emociones tienen su origen en el alma. Nuestro señor Jesucristo expresa en el evangelio según San Mateo capitulo 26 versículo 38: “Mi alma está muy triste…..”, por tanto reiteramos que el alma es el asiento de las emociones.

En Genesis 1: 26 , se nos enseña que Dios creo al hombre a semejanza suya. Cuando lo crea,  lo crea considerando elementos de personalidad que Dios también tiene, siendo estos: pensamiento, sentimientos y voluntad. Esta creación que Dios realiza es la creación del hombre interior o del alma. El hombre exterior es el que se nos habla en Genesis 2:7 cuando físicamente se crea al hombre. Posterior a la creación del alma y del cuerpo y estando ya en uno, el alma se encontraba inconsciente, en tinieblas y sin vida, sin darse cuenta de lo que lo rodeaba, pero desde el momento que Dios soplo el aliento de vida, el cual es el espíritu, a partir de este momento el alma es un alma viviente.

En cuanto al espíritu, el espíritu es la parte del ser humano por la cual, se tiene el conocimiento de si mismo, además de ser consciente de la existencia de Dios y de poder comunicarse con El. Para ello veremos los siguientes versículos
1ª. Corintios 2: 11: “Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?  (Conocimiento de sí mismo, de su mente)

Job 32:8: “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda”
¿Qué es lo que también nos hace hacer una diferenciación del alma y el Espíritu?. La palabra de Dios nos lo enseña referente al tema de la sepultura y resurrección. El cuerpo es sepultado como un cuerpo natural, hablando de este como cuerpo-alma, pero cuando resucita, no resucita de igual forma, sino como un cuerpo espiritual.

En 1ª. Corintios 15:44 se hace esta distinción: “Se siembra cuerpo animal, resucitara cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal y cuerpo espiritual”
Según las el origen griego de las palagras, el versículo se refiere a dos cosas diferentes. El cuerpo animal en el griego es conocido como  soma psuchikon, mientras que el cuerpo espiritual es conocido con el griego  soma pneumatikon. Esto también se afirma en que la palabra griega  que se usa en el nuevo testamento para referirse al alma es psuche y que esta corresponde a la palabra hebrea  nefesh usada en el antigua testamento (Deuteronomio 6:5 y 14:26, Job 14:22, Sal 42:6); mientras que la palabra griega pneuma usada en el nuevo testamento para referirse al espíritu, tiene el mismo significado que la palabra hebrea ruaj usada en el antiguo testamento (Genesis 41:8, 1. Co. 5:5).

En cuanto al cuerpo, el cuerpo se puede separa del alma y el espíritu y este se halla expuesto a la muerte, recordemos que el alma no puede ser muerta. El cuerpo es para algunos el asiento de lo sentidos, porque es el cuerpo el medio por el que el espíritu y el alma del hombre están conscientes del mundo y de lo que los rodea, además de ser el medio para la naturleza caída proveniente de Adan.

28 de agosto de 2013


EL PECADO DE LA MALA LENGUA

Santiago 3:1-12: “Hermanos mios, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, este es varon perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos asi todo su cuerpo. Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timon por donde el que las gobierna quiere. Asi también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí ¡Cuan grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua esta puesta entre nuestros miembros y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y padre, y con ella maldecimosa los hombres, que están hechos a semejanza de Dios.  De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos mios, esto no debe ser asi. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura, agua dulce y amarga? Hermanos mios, ¿Puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Asi también ningúna fuente puede dar agua salada y dulce.

Gracia y paz de Dios sea a todos mis amados hermanos. En esta ocasión con la ayuda de Dios, trataremos de desarrollar el tema de “El pecado de la mala lengua”. Quizas lo primero que venga a nuestra mente al escuchar un tema como la mala lengua, nos imaginemos acerca de la palabra ofensiva hacia nuestro semejante, o como muchos la conocemos, como las groserías. Sin embargo, el pecado de la mala lengua no solamente se enfoca en el lengua ofensivo por la maladicencia, sino todo aquello que como dice el Espiritu Santo, ofende, destruye, lastima o hace daño a nuestro semejante.

Veamos que el pecado de la mala lengua esta conformado por muchas obras malas. Tal pecado consiste en murmuraciones, criticas y falsos testimonios: Levitico 19:16 dice: “No andaras chismeando entre tu pueblo. No atentaras contra la vida de tu prójimo. Yo Jehova”. Porque como dice Proverbios 18:8: Las palabras del chismoso son como bocados suaves y penetran hasta las entrañas. Dentro de los mandamientos entregados por Dios a Moises también nos ordena a no dar falso testimonio de nuestro prójimo.

El apostol Santiago nos dice que todos ofendemos en muchas cosas, y si nos damos cuenta el mismo apostol se incluye, tal ves para hacernos ver que todo ser humano puede ofender, mientras que no se sujeta al conocimiento del Dios altísimo y que nuestra voluntad se sujete a la voluntad de Dios. Cuando nuestra voluntad se sujete a tales cosas, podremos llegar a ser un varon perfecto. Un varon perfecto, en el sentido escritural, no se refiere a un hombre sin pecado, sino a una persona madura en el conocimiento de Dios que podrá dominarse a si misma. Recordemos al siervo de Dios Job, el cual, a pesar de haber pasado por una serie de situaciones muy adversas, nunca renegó a Dios ni hablo mala palabra en contra de el, pues el siervo Job sabia que todo lo que Dios hace es perfecto. En Dios no hay error, y lo que el da a nuestra vida es lo mejor, lo perfecto para nuestras vidas, aun cuando tales cosas sean incomprensibles e inaceptables para el ser humano.

 Pero entonces, ¿cual es el origen de la mala lengua? Si vemos el versículo 8, nos dice que ningún hombre puede domar su lengua, refiriéndose al hombre exterior, mas el hombre interior podrá lograrlo cuando se guarde de todo aquello inicuo. Proverbios 13:3 nos dice “El que guarda su boca guarda su alma”.  Si analizamos estas palabras, entonces vemos que la mala lengua tiene su origen en un corazón  que no ha nacido de nuevo. Esto también lo confirmamos en el salmo 12 en su versículo 2 dice: “Habla mentira cada uno con su prójimo; hablan con labios lisonjeros y con doblez de corazón”. Todos sabemos que un corazón regenerado es un corazón donde mora el Espíritu de Dios porque asi lo ha dicho el: Ezequiel 36: 25 -27:”Os dare corazón nuevo y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitare de vuestra carne el corazón de piedra y os dare un corazón de carne. Y ponde dentro de vosotros mi Espiritu, y hare que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongas por obra”.

Por tanto, si hemos nacido de nuevo no puede existir en nosotros una vida ambigua, es decir, una vida que vive en el mundo y vive en Cristo Jesus, o vivimos para el mundo o vivimos para Dios, pero no podemos vivir en dos caminos. Al siervo Job la palabra santa lo nombra como varon perfecto porque el vivía lejos del mal, vivía apartado del mal. Actualmente el mal se ha multiplicado quizás mayormente que en los tiempos de Job, pero el Dios de Job es el mismo Dios de nosotros, el es el mismo ayer, hoy y por lo siglos, y el ha prometido darnos un nuevo corazón, que viva en el y guiarnos cual buen pastor, la pregunta es ¿Le hemos permitido todo esto al Señor? ¿O aun nos creemos capaces de ser autosuficientes? La mala lengua no es propia del hijo de Dios, sino del hombre malo, es decir, del hombre que desea vivir con un doblado corazón, un hombre que no desea hacer suya la promesa de que Todo lo puede en Cristo que lo fortalece. El salmo 10 nos dice: “El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos. Sus caminos son torcidos en todo tiempo; Tus juicios los tiene muy lejos de su vista; a todos sus adevrsarios desprecia. Dice en su corazón: no sere movido jamás; nunca me alcanzara el infortunio. Llena esta su boca de maldición y de engaños y de fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad.”

Entonces, podriamos en este momento retomar lo anterior para resumir que un corazón no regenerado, un corazón en el cual no ha existido un arrepentimiento total, es una fuente potencial para que la mala lengua pueda dominar la vida del hombre y llevarla a la perdición, pues esta, es la parte final de una vida no regerada y que su lengua no puede ser dominada. El señor Jesucristo nos dice: “Por tus palabras seras justificado, y por tus palabras seras condenado”. De igual manera Apocalipsis 21: 27 dice: No entrara en ella, ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida.

POR TANTO LA PREGUNTA ES, ¿DOMINAREMOS ESE PEQUEÑO MIEMBRO O SEGUIREMOS PERMITIENDOLE QUE NO SIGA CERRANDO LAS PUERTAS DE LA CIUDAD CELESTIAL?

1 de agosto de 2013


¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuando?

Jeremías 4:14: Lava de la malicia tu corazón, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de iniquidad?

El lema del mes lleva por titulo “Profesemos la sabiduría de lo alto”, haciendo referencia a la epístola del apóstol Santiago. Tal epístola es un escrito en el cual se deja ver el llamado a la corrección de ciertas conductas en los cristianos de aquellos tiempos, pero que no esta alejada a la conducta de la iglesia del tiempo actual.
En tal epístola, el apóstol Santiago hace referencia a varios temas, pero todos ellos relacionados a los aspectos prácticos de la vida Cristiana. Desde hace tiempo atrás hemos venido recibiendo enseñanza de cómo el verdadero cristiano debe vivir y andar en santidad. Si recordamos el lema del mes anterior, el Espíritu Santo nos preguntaba ¿Que hacer para que Dios este con nosotros?. A esta cuestionante es importante analizar ¿Acaso Dios no esta con nosotros? ¿Que no dijo el Divino Maestro que el estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo?.
 
Podríamos considerar la parábola del hijo prodigo para resolver esta pregunta: La parábola nos dice que un hombre tenia dos hijos, y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos. No dice que el padre se aparto, sino dice, que el hijo fue el que se aparto, y se aparto del padre para malgastar sus bienes y vivir en una vida como el quería. Tal ves una vida llena de pecados , de desordenes y demás situaciones vergonzosas ante los ojos de Dios.
Esta conducta del hijo, es la conducta que también el apóstol Santiago, recriminaba al pueblo de Israel al decir: Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Es esta conducta la que el Señor en estos últimos tiempos nos invita a modificar, para poder ser agradable nuestra fe ante su presencia santa. Somos un pueblo lavado por la sangre de Jesucristo y todos creemos que somos salvos por la Fe, pero ¿De que aprovechara si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podra la fe salvarle? ¿Que estamos haciendo hermanos para que nuestra fe no sea muerta en si misma por la carencia de obras?
Por ello es importante retomar el consejo que el Espíritu Santo nos ha dicho en esta noche. ¿Hasta cuando, hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de iniquidad?. Estos pensamientos estará fuera de nosotros hasta que
1.- Hayamos nacido de nuevo en su totalidad: El, de su buena voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas
2.- Seamos hacedores de la palabra de Dios, y no solamente oidores.
3.- Poner por obra los mandamientos del Señor: Amaras al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma y de toda tu mente, y además de ello Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
4.- Reprender la mundanalidad: ¿De donde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros?¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codicias y no tenéis, matáis y ardéis de envidia y no podéis alcanzar; combatis y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
5.- Someteos y sujetadnos a la voluntad de Dios:Someteos pues, a Dios, resistid al diablo y huira de vosotros. acercaos a Dios y el se acercara a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doblado animo, purificad vuestros corazones.
Muchos de nosotros podemos considerar tales consejos como muy difíciles de seguir, o muy difíciles de poner por obra, o tal ves consideremos que estamos exigiendo una perfección en un cuerpo corruptible, sin embargo, el apóstol Pablo nos dice: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. También podremos decir que los hombres escogidos por Dios y que se muestran en las sagradas escrituras son hombres muy santos, a lo cual el Señor nos responde: Elias era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras y oro fervientemente para que no lloviese, y Dios respondió. Entonces, ¿seguiremos la santidad? O seguiremos viviendo en malicia y con pensamientos de iniquidad?
 Esta es la fe que tenemos en Cristo Jesús, que siguiendo su palabra santa, profesaremos la sabiduría de lo alto, y no habrá lugar para pensamientos de malicia y de iniquidad, lo cual tendrá como consecuencia, la salvación de nuestras almas.